Fuerte, independiente y empoderada. Son palabras que no nos son ajenas pues es común escucharlas en boca de muchas mujeres de hoy en día.
El feminismo actual y su aparato de propaganda se han dado a la tarea, muy eficazmente por cierto, de hacer resonar como tañidos de campana estas frases y otras de su inventiva que en mayor o menor grado han utilizado para afectar la conducta de las mujeres.
Muchas féminas se atribuyen sin más razón esas características. Es común escucharlas decir: "Soy una mujer fuerte, independiente y luchadora" con cierto aire de superioridad, especialmente luego de un divorcio en el que han obtenido la custodia de los hijos, una jugosa pensión y otros bienes sin que hayan trabajado duro en su vida para conseguirlos.
Algunas, las más militantes y con una manera de pensar en la que cualquier psicólogo vería serios trastornos emocionales, han querido radicalizar la conducta masculina y el más mínimo gesto de caballerosidad en lo que han dado en llamar opresión por el micromachismo.
Si les abres la puerta asumen que lo haces porque piensas que son débiles. Si tratas de explicarles algo le llaman mansplaining y seguramente lo haces porque crees que son retardadas. Si no las alabas por lo bien que se ven se quejan de que las ignoras pero si les celebras el peinado o cómo van vestidas entonces es acoso.
Como mujeres fuertes e independientes y empoderadas que son no necesitan de tu ayuda, ni tus explicaciones, ni tus comentarios machistas, pero sin embargo enseguida se les olvida la supuesta fortaleza y se quejan de discriminación si en la oficina el aire acondicionado está muy frío.
Otras han vuelto una moda el reclamar derechos sin aceptar responsabilidades y hasta quieren privilegios especiales por el solo hecho de ser mujeres a pesar de que según ellas lo que buscan es igualdad.
En este grupo se encuentran las que enarbolan el estandarte de la igualdad salarial con el hombre, aún sin contar con la misma capacidad intelectual, fuerza física requerida, antigüedad en el empleo, la destreza y habilidades necesarias.
La gran mayoría de ellas esperan que por el simple hecho de ser mujeres el hombre les provea de casa, ropa, calzado y también les garantice ocio y entretenimiento. Todo a cambio de su compañía y algo de sexo esporádicamente, lo cual demandan a tal punto que hoy en día ser mujer es casi lo más parecido a una discapacidad.
También las hay se creen con el derecho de hacer que los hombres se levanten y le cedan sus asientos en el transporte colectivo, aún cuando a su alrededor haya hombres mayores de edad o con alguna discapacidad viajando de pie. Para éstas el hombre no vale nada. El único valor que tiene el hombre es satisfacer las necesidades de las mujeres.
Y por supuesto están las se han dejado que el fanatismo las lleve a un derrotero de vida destructivo. Estas son las que se rapan la cabeza, se tiñen el pelo de varios colores y lucen peinados horribles, y creen que van a cambiar el mundo por el simple hecho de dejar de depilarse las axilas. Éstas ya no quieren igualdad. Éstas piden la muerte del macho sin tener en cuenta que gracias a un macho que aportó genes y cromosomas ellas están hoy con vida.
Estarán también dispuestas a matar los genes que aportó el macho padre y que llevan dentro de sí mismas?
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