EL POR QUÉ DE LOS MGTOW.
Al igual a como funciona una maquinaria, donde todas las piezas y mecanismos tienen que trabajar en conjunto para lograr el resultado deseado, así ocurre también en la familia.
Cuando en una familia cada cual reconoce la autoridad del hombre como cabeza de familia, conoce su rol y lo lleva a cabo sin quejarse, obedece sin sentirse discriminado, realiza sus tareas sin querer aspirar a ocupar una posición que no le corresponde, la familia funcionará correctamente, como una maquinaria bien calibrada y ajustada.
En una familia así los niños crecerán protegidos en un entorno más seguro, aprenderán respeto, disciplina, obediencia y verán que existen normas por las cuales debe regirse. También estarán prestos a realizar tareas útiles para colaborar ayudando al desarrollo de la familia y creciendo sanamente como ciudadanos de bien.
Hubo una época no muy lejana en que todo funcionaba así. Las mujeres eran virtuosas y obedientes y se esforzaban por agradar a su marido. Sus tareas consistían en velar por el bienestar general de la familia, dedicarse al cuidado de la casa, la limpieza, preparación de los alimentos y lo más importante la educación de los hijos.
Los hombres por su parte eran reconocidos en su papel de cabeza de familia. Sabían que como parte de sus responsabilidades estaban la obligación de ser proveedores de alimentación, de fuerza motriz para el mantenimiento y desarrollo económico y cómo figura de autoridad de la familia.
Como resultado de este arreglo familiar y la educación bajo este modelo los hijos eran más amorosos, inteligentes, obedientes a sus padres, respetuosos a los maestros en las escuelas y a todas las personas mayores en general.
De más está decir que la tasa de divorcios estaba muy por debajo de la actual así como los índices de delincuencia juvenil y drogas entre los varones y de prostitución y aborto entre las hembras.
Las "feminazis" actuales se refieren a esa época como "el patriarcado". Según su razonamiento torcido, aquella era una época donde las mujeres eran maltratadas, atropelladas, avasalladas, discriminadas y tratadas como simples esclavas sin derechos. Como hemos visto, nada más equivocado y alejado de la verdad.
Cuando la mujer con el pretexto de la "igualdad" quiso ser semejante al hombre, fue como si una de las piezas de esa maquinaria llamada familia dejara de engranar correctamente, se dañaron los mecanismos internos, hubo gran desajuste y dejó de funcionar bien.
Al abrazar el falso concepto de la "liberación" e "igualdad" la parte femenina tuvo que abandonar las tareas de la casa para dedicarse a trabajar exteriormente trayendo como resultado que ya no tenía tiempo para atender debidamente las necesidades de la familia y educar adecuadamente a los hijos.
Ante este fenómeno el Estado tomó el lugar de educador de los hijos proveyendo una educación de pésima calidad donde a su conveniencia sustituyó los valores morales por la enseñanza atea secular y el amor a la familia por el patriotismo, con los resultados catástroficos que vemos manifestados hoy en día.
La mal llamada liberación de la mujer ha sido sólo un pretexto para sacar a flote los más bajos instintos y perversiones morales. Con el falso pretexto de la igualdad han exigido y se le han otorgado privilegios legales y sociales de los cuales no ha sabido hacer uso correctamente y en lugar de utilizarlos para el bien del sexo femenino en general lo han usado en pro de la desobediencia, la rebelión y las conductas desaforadas. Pero más que todo en un intento para la destrucción del sexo masculino.
Una mujer hoy en día puede mentir abiertamente en una corte judicial y aunque luego se demuestre esa mentira no se tomará acción legal en contra de ella. Una mujer puede cometer cualquier delito y recibiría una condena menor que la que recibirá un hombre por ese mismo delito. Una mujer puede tener sexo con un menor de edad y aún así la sociedad sería más benévola con ella que si lo hiciera un hombre. Una mujer puede abusar y maltratar físicamente a su pareja masculina y la sociedad no movería un dedo en defensa del hombre. Una mujer puede ser infiel con el consiguiente daño emocional al hombre y aún así en una corte se le otorgará la custodia de los hijos, una gran parte del patrimonio, los bienes y del duro trabajo del hombre. Acaso podemos llamar a esto igualdad?
Hoy en día el matrimonio se ha convertido en una entidad muy lucrativa para cualquier mujer que tendrá todas las ventajas para sacar el mayor provecho de la unión pero en una trampa mortal para cualquier hombre que tiene todas las de perder. La mujer podrá mentir, difamar, acusar y al final se le concederá todo lo que pida, aunque quede en riesgo la propia supervivencia del hombre.
No en balde los hombres han renunciado a ponerse en riesgo innecesariamente. Han renunciado a la vida matrimonial donde ya no se les ve como una figura de autoridad,, sino como un simple proveedor que puede ser descartado y reemplazado en cualquier momento por alguien con ingresos superiores.
De ahí el surgimiento de MGTOW. No los mueve el odio, el egoísmo, el machismo ó la irresponsabilidad sino el más puro sentido de supervivencia. Han visto que las reglas actuales no son para nuestro beneficio y ni siquiera proveen la "igualdad" que hoy las féminas piden a gritos, ofensas y empujones. Por más concesiones que se hagan nunca serán suficientes. Se han negado a participar en ese juego amañado. Han dicho NO y han escogido su propio camino. El camino más seguro hacia el éxito.
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