Discutir con un PUA es como querer explicarle a un ciego los colores. El PUA considera que está en el tope de la pirámide de la masculinidad cuando en realidad es un simple gusano en la punta del anzuelo.
Es bien sabido que el estado natural del hombre es ser un seductor. Es la forma que nos ha dado la naturaleza para que adquiramos una pareja y garantizar la continuidad de la especie.
En el mundo animal, según la especie, se aparea el más fuerte, el más temible y agresivo, el más rápido, ó el que mejor y más deslumbrante plumaje posea. Estas características han sido programadas en toda la creación para garantizar que los genes más fuertes pasen a la próxima generación y que los progenitores tengan la fuerza y destreza suficiente para cuidar de la prole ante posibles depredadores.
En el caso del hombre si bien es cierto que la apariencia juega un papel importante tendrá buenas cartas el que mejores recursos pueda proveer o el que mejores habilidades oratorias tenga para demostrar que es el candidato más deseable y halagar el oído con lo que la mujer desea oír. En otras palabras la seducción no es más que el arte refinado del engaño.
De ahí que no hay nada especial en ser un PUA a no ser el mejoramiento de ciertas habilidades en la manera de expresarse y de halagar los oídos con lo que las féminas desean oir. Esto lo sabemos todos los que hoy somos MGTOW pues todos en un tiempo también fuimos PUA.
En fin, los PUA son como niños inocentes que juegan con una granada sin saber ni tener conciencia del peligro en que se encuentran. Si tratas de advertirles se ofenderán porque según ellos quieres estropearles su pasatiempo y te llamarán pesado y aburrido.
Hay que permitirles seguir en su mundo de ilusiones hasta que de repente la bomba figurativamente le explota entre las manos. Es en esos momentos que hay que estar preparados no para hacerles burlas sino para decirle bienvenidos al MGTOW.
.
Comentarios
Publicar un comentario